Península de Andresito

El puente natural entre los parques argentino y brasilero resguarda las selvas de Palmito y Palo Rosa y muchas aves. Podés sorprenderte en Surucuá Lodge y alrededores y conocer la Cooperativa Agroecológica de la Península que cultiva el fruto del Palmito (también conocido como Jejy’a), con múltiples usos en gastronomía local. La yerba bajo monte de la Reserva Guayaquil es otro ejemplo de producción amigable para visitar.

Una ciudad joven cuyo nombre evoca la historia de la región, homenajeando al comandante Andrés Guacurari conocido como “Andresito”. Aquí el Río Iguazú superior y su valle de inundación, junto a los imponentes palo rosas y a densos palmitales le dan vida una fantástica selva.

 

Los palmitales, entre mayo y agosto, cuando están en plena fructificación son el sitio ideal para avistar especies como el Arasarí Chico (Selenidera maculirostris) e inclusive al enigmático Pájaro Campana (Procnias nudicollis). En los valles de inundación del Río Iguazú leks de Bailarín Blanco (Manacus manacus) decoran el sotobosque y desde ahí a veces es posible avistar la costa brasilera, también repleta de selva en el Parque Nacional do Iguaçu. Otra especie que se hace notar, sobretodo a la tardecita, justo antes de la caída del sol, son los Urú (Odontophorus capueira). Macho y hembra despliegan su dueto bien sincronizado desde donde pasaran la noche, y así otras familias les contestan y de repente la selva se ve inundada por su particular canto.

 

Salidas en kayak desde La Blanquita permiten apreciar y conocer el majestuoso Río Iguazú superior. Su anchor, así como sus correderas caracterizan esta parte del curso de agua.